jueves, 19 de septiembre de 2019

Sí es posible tener un equipo de trabajo altamente eficiente




Hoy en día las empresas lanzan diferentes estrategias para mejorar la actitud, aptitud, habilidades y competencias de las personas que forman parte de ellas. Cada una tiene una misión, visión y valores diferentes y, por tanto, tienen resultados organizacionales desiguales.

¿Qué elementos potencian el enriquecimiento del equipo de trabajo, mejoran la actitud, reducen la rotación de personal, el absentismo y, consecuentemente mejoran en productividad?
A continuación, se van a enumerar algunas sugerencias fundamentales para lograr que las personas se encuentren más contentas y cómodas en la empresa y, todo ello, repercuta positivamente en los ingresos y rendimiento de las empresas:

1. Para las nuevas incorporaciones al equipo, dar una cálida bienvenida, explicar detenidamente el funcionamiento de la empresa y aspectos fundamentales de la misma, es decir, dedicarles tiempo. No dejar información incompleta o dudosa y, crear un ambiente adecuado para que se puedan realizar todas las preguntas que consideren oportunas. Es de gran necesidad para evitar que pregunten a los demás compañeros/as que, en el peor de los casos, pueden ofrecerle información inexacta.


2. Reconocimiento verbal, escrito y económico. A todas las personas les agrada que los superiores o la empresa en general considere y exprese el orgullo que sienten por sus profesionales, sobre todo si están cumpliendo sus objetivos. Dependiendo del nivel de logro e impacto en la organización, debería estar enlazado con un incentivo o aumento económico. Todo es importante, ya que, la experiencia nos contrasta que obviar esta política genera desmotivación, inadecuada actitud, imponerse la Ley del Mínimo Esfuerzo.


3. Formación continúa que permita que los profesionales puedan tener más conocimientos y actualizaciones que le permitan ejecutar sus labores de forma eficaz y eficiente. Las competencias blandas (Liderazgo, ética, entre otros) son tan importantes como las duras (Un curso de SAP o Excel, por dar un ejemplo).


4. No hay nadie perfecto, todas las personas se equivocan y de los errores se aprende. Gritar, regañar o cualquier acto que no sea fruto del respeto y del cariño con el capital humano no es nada efectivo ni práctico. Muchos directores consideran que un estilo de liderazgo autoritario da resultados
y el efecto de la “mano dura” en realidad es un desfase perteneciente a otra época. Hoy en día las empresas que mejor situadas están, son aquellas que saben adaptarse a cada situación, uno de los pilares fundamentales de sus valores es la empatía, respeto y emplear conversaciones informales con el equipo que permite la resolución efectiva de cualquier asunto o problema.


5. Evitar los “enchufes” y ascensos deshonestos e injustificables. En general, todos tenemos una visión de equilibrio y justicia. Es decir, la cultura de la empresa debe trasladar una planificación de carrera que provenga de méritos contrastables.


6. Si la empresa tiene un cierto nivel de envergadura, cumplir con la legislación vigente para evitar que se generen comentarios negativos de la empresa. Por ejemplo, la creación de un comité de empresa para aquellas organizaciones que tienen más de 50 trabajadores, comité de seguridad y salud o presencia sanitaria si es necesario, así como otros asuntos similares.


7. Nunca hablar mal de otro compañero/a, ya sea del mismo nivel o de rango inferior. España es un país de refranes y puede generar prejuicios sobre un comportamiento que se puede repetir con nosotros mismos.


8. Transparencia laboral en cuanto a salarios, aumentos y conceptos salariales, categoría profesional, tipo de contrato, porcentaje de retención de IRPF, etc. No se aconseja adoptar políticas dudosas o que no ofrezcan seguridad al empleado/a.



9. Como consecuencia de lo anterior, ofrecer un salario justo que se adapte al nivel educativo, experiencia personal y profesional y cumplir el convenio colectivo. El salario no debe ser algo negociado para evitar cumplir económicamente con lo que corresponde.


10. Flexibilidad horaria. Lo cual facilita la conciliación laboral del personal y su familia. Está demostrado que cuando las personas tienen libertad de decisión, organización, estructuración, etc. Mejora exponencialmente la actitud, lealtad, compromiso, aumenta la productividad, responsabilidad, fidelidad, devoción y honradez.


11. No sobrecargar de trabajo. Dividir las funciones y adaptar las ocupaciones a la jornada laboral.

Finalmente, es imperante que toda empresa tenga muy presente estos consejos y sugerencias pues, de esta forma se podrá comprobar los efectos tan deseados por todas las organizaciones y, mejorar como consecuencia su posición competitiva, así como los resultados corporativos. Hagamos con otras personas lo que nos gustaría que hiciesen con nosotros mismos y seguir unos principios éticos y aceptables. De esta forma, se consolidará una buena imagen corporativa y los resultados serán más favorables.












Prof. Dra. Jessica Bayón Pérez
Departamento de Derecho – Universidad Nebrija