miércoles, 5 de abril de 2017

¿Estamos preparados/as para innovar en educación?

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Como educadores, nuestro sueño, nuestro reto, nuestra esperanza, es que los/las discentes logren comprender tanto la teoría como la praxis que les proveemos a través del conocido proceso de enseñanza-aprendizaje. Muchas teorías han sido escritas y después de casi 40 años de la muerte de Jean Piaget, aún nos debatimos entre un paradigma conductista que no termina de morir y un paradigma constructivista que no termina de nacer.
Muchos son los famosos oradores que llenan grandes teatros, conferencias y las nuevas charlas TED, donde nos indican todo lo que debe cambiarse, pero ¿Qué posibilidades tenemos desde nuestras aulas de cambiar las estructuras de gobierno o los sistemas educativos como tanto pregona Sir Ken Robinson? Algo debemos y algo podemos hacer de inmediato para cambiar el sistema que irremediablemente nos empuja día a día a seguir leyendo diapositivas hechas en power point en una especie de Karaoke Docente que ya no emociona a nadie, ni siquiera al docente que las refleja.
Por ello, este ensayo quiere ir más allá. Es necesario plantear una metodología distinta de planificación educativa. Un modelo, una estrategia que nos permita luchar contra los grandes distractores del siglo XXI, que son los video juegos con técnicas de neuro-marketing taladran las mentes de nuestros estudiantes e impiden que el proceso educativo fluya con normalidad. Debemos tener en cuenta que las mentes del alumnado atraviesan por una serie de cambios hormonales debido a que se encuentran en una etapa de desarrollo adolescente.
Así tenemos en nuestras clases de grado y postgrado a muchos profesores/as que nos dicen que debemos cambiar, pero nos enseñan de la misma forma que no deberíamos actuar. Es por ello, que planteamos un cambio desde el punto de vista individual. Nos atrevemos a realizar unas sugerencias para que el profesorado pueda innovar educativamente, aunque ello traiga como consecuencia un mayor trabajo, una mayor inversión de tiempo y una dedicada preparación por parte de nosotros/as:
1)      Empezar desde cero: El profesorado acostumbrado a hacer todo el tiempo lo mismo no podrá pretender resultados extraordinarios por parte de sus alumnos/as. ¿Quisiera alguien operarse con un médico cirujano que no actualiza sus conocimientos? Es muy probable que no, el cuerpo humano es el mismo desde hace más de 100.000 años, pero las personas prefieren poner su salud y su vida en las manos de un médico experimentado y actualizado. ¿Por qué no ver de la misma manera la educación?
La primera regla que proponemos con estas sugerencias es hacer un proceso de reingeniería total de los procesos educativos que utilizamos en clase. Ciertamente tenemos un programa que seguir, pero nadie dice que ese programa tiene que aplicase siempre igual. Quizás una medida saludable sería borrar todo lo que hayamos preparado y que hemos usado por los últimos cinco años. Empezar desde cero.
Comenzar la planificación de nuestro próximo año escolar como si jamás hubiéramos dado ese curso. Escribir como si acabamos de salir de la universidad cada cosa que tenemos que hacer. No podemos perder la capacidad de sorprendernos y de pensar que muchas de las cosas que vamos a decir serán para alguien la primera vez que lo escuchen. Eso debe motivarnos a repensar todo lo que hemos hecho antes.
2)      Mirar el entorno: Una de las cosas que olvidamos cuando hacemos la planificación del año escolar es ver que ocurre en nuestro entorno. Tomemos por ejemplo el mundial de futbol, las olimpiadas, el aniversario de la provincia, la liga de rugby, o cualquier evento que se vaya a realizar en el mundo y que sin duda va a captar la atención de nuestros estudiantes. Si damos matemáticas nos podrían servir muchas de las formulas estadísticas que se dan en las olimpiadas. Si damos FOL podríamos evaluar si el aniversario de la provincia arroja nuevas oportunidades de empleo o si hay un congreso de tecnología que anunciarán nuevos modelos de móviles, quizás eso genere nuevas fuentes de trabajo. Es decir, no podemos aislar a la clase del mundo del que nos rodea. Utilizar ejemplos del entorno nos permitirá ilustrar mejor un punto de la programación, un ejercicio práctico, una experiencia enriquecedora donde el estudiante no sólo está mirando un partido de futbol, sino que está tomando nota de cuantas veces su jugador favorito patea la portería y falla o cuantas veces acierta porque al día siguiente el/la profesor/a va a preguntarlo en clase.
Así, podríamos averiguar cuál es la canción de moda y si la letra nos puede ayudar en algo en nuestros objetivos educativos, incluso si la canción es en inglés y nosotros estamos dando inglés que mejor forma de que los chicos/as presten mayor atención para sacar la letra de ese tema musical que tanto les gusta.

3)      Aprender nuevas habilidades: Es muy probable que un profesor/a se haya adaptado y se encuentre en su zona de confort dando clases de la misma forma año tras año. Por ello, si se siguen los puntos anteriores podríamos completar la fórmula de la innovación educativa diciendo que adquirir nuevas "habilidades de comunicar" es vital para lograrlo. Por ejemplo, tomar clases de teatro, de forma que los roles-play sean mejor orientados, hacer un curso de oratoria, tomar clases de canto o baile. Es decir, utilizar en el aula herramientas que no se han utilizado anteriormente.
Por ejemplo, si se quiere explicar la jerarquía de mando en una empresa (Presidente/a, Coordinador/a, Empleado/a) bien podría colocarse el docente encima de una mesa, colocar a un alumno encima de una silla, a otro de pie y a uno sentado en el suelo.
Las imágenes valen más que mil palabras, por lo que esa explicación perdurará en la mente del estudiante mucho más que si se presenta de manera teórica con la tradicional pirámide de mando empresarial.
Sin duda, este punto requiere de un esfuerzo adicional y de recursos que si esperamos que nos lo dé el gobierno o la empresa donde trabajamos por cuenta ajena, eso nunca llegará, y seguiremos viendo a la innovación educativa como una quimera utópica de charlas o conferencias magistrales, que por cierto en su formato nada de innovación tienen.
4)     Tecnología educativa: Pensar en innovación educativa y no considerar las nuevas herramientas que nos ofrece la tecnología es sin duda un gran error. Por ello, podemos utilizar un sin número de páginas web, entre las que figuran: a) Quizlet, Donde los profesores/as pueden cargar conceptos y el programa automáticamente generará exámenes de todo tipo, crear juegos, incluso una competencia donde todos/as los alumnos/as se ven involucrados en la llamada “Quizlet Live”, b) Kahoot, muy expandido en Europa, permite a los profesores/as que los alumnos/as acierten entre cuatro opciones a una pregunta, imagen o vídeo en un tiempo preestablecido que va desde 30 segundos a dos minutos, c) Prezi, una herramienta que permite al profesor/a desarrollar una idea de forma muy creativa y que con movimientos generen el interés de los estudiantes, d) Padlet, es una especie de tablón virtual donde tanto profesores como estudiantes pueden en la red hacer tormenta de ideas o hacer seguimiento a proyectos, e) Scribble, una sencilla barra de herramientas que nos permite anotar de forma colaborativa páginas web así, si queremos hacer un análisis de un texto web podemos hacer anotaciones y mandar a compañeros/as de clase o al profesor/a nuestras observaciones, f) Socrative, que es gratuita y soporta preguntas de múltiples categorías (tipo test, encuesta, verdadero/falso, respuesta corta, enunciados con imágenes, etc.). Permite configurar los ejercicios en modo examen, ejercicio individual o juego colaborativo y nos proporciona al final de cada ejercicio un informe global sobre nuestra clase, g) Gamificar las clases con herramientas como: Mozilla Blackpack, la "mochila" en la que alojamos badges que ganamos. Nos permite organizarlas por categorías para compartirlas en redes sociales, integrarlas en nuestro CV digital, etc., Credly, una plataforma de uso muy sencillo que nos permite crear nuestras propias badges y posteriormente asignarlas a nuestros alumnos/as. Se puede además asociar al backpack de Mozilla, OpenBagdes.me esta página permite crear badges más sofisticadas.
Muchos docentes podrían pensar que utilizar la tecnología en clases les quita tiempo, o que ya están muy mayores para reaprender esto, sin embargo la innovación educativa no puede quedar sólo en manos de los nuevos docentes. Es una carga demasiado pesada y a la final muchos de ellos/as, por la influencia que tienen de la cultura corporativa del centro, los tutores/as o compañeros/as de trabajo, terminan haciendo lo mismo que hacen todos/as, una simple presentación power point que, como ya se ha mencionado, aburren a la totalidad de los integrantes del aula.
Estas cuatro simples estrategias, que en ningún sentido chocan o impiden el cumplimiento de los aspectos legales o procedimentales que debemos seguir los profesores/as en España, y sin duda alguna nos permiten cambiar las estructuras no innovadoras. Ningún profesor/a ordena a sus estudiantes a cambiarle la letra de su canción de moda y colocar una letra del tema que se va a desarrollar en un mes, tampoco un profesor/a pide que en vez de que sus estudiantes hagan una presentación power point se inventen un programa de radio donde frente a su “publico” (el resto de la clase) narren un tema del programa. Cómo podemos apreciar, decir que debemos innovar es fácil, mientras que innovar educativamente hablando es un proceso que conlleva preparación, tiempo, dedicación y colaborar con otros profesores/as que están haciendo lo mismo en instituciones dispuestas a impulsar el cambio.

Finalmente, debemos dejar de excusarnos, que en todo caso nos deja siempre en el mismo lugar donde estábamos inicialmente. La innovación docente implica pequeños sacrificios, pequeñas inversiones de dinero o de tiempo, incluso implica fallar o equivocarnos. El resultado no puede ser otro que el tan soñado cambio de la forma como aprendemos, desaprendemos y volvemos a aprender.  El contenido podrá seguir siendo el mismo, pero de nosotros depende el formato que vamos a seguir para que el alumnado desarrolle las habilidades que planificamos en las programaciones académicas. Así las programaciones no quedarán como una simple letra muerta parte de un currículo oculto y sin sentido. 

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